El llantén mayor ha sido considerado desde siempre una "mala hierba" (así denominamos los humanos a las plantas que se empeñan en crecer allí donde nosotros no deseamos). Esto en realidad es debido a su carácter colonizador, ya que puede crecer en sitios prácticamente desprovistos de vegetación, los cuales constituyen su hábitat típico: lugares baldíos, muy pisoteados. En muchos lugares los brotes de llantén parecen brotar del suelo desnudo.
Frente a esta fama de mala hierba se opone su carácter medicinal. El llantén mayor es una de las plantas medicinales más utilizadas en la farmacopea, y el catálogo de aplicaciones de la misma es interminable. A nivel interno, en decocción, se emplea como expectorante, diurética o bien como remedio para el aparato digestivo. A nivel externo se puede usar como emoliente o cicatrizante, en heridas, hemorragias, etc., aplicando una cataplasma con las hojas previamente escaldadas. Ya los romanos conocían de sus propiedades y la usaban para curar los pies, se especula incluso que su nombre (Plantago) esté relacionado con este hecho.
El llantén mayor crece en toda Europa, buena parte de Asia y norte de África, lugares del mundo de donde es nativa. Pero hoy día ha acompañado al hombre en sus viajes y se encuentra por casi todo el Globo. En Asturias es una planta frecuente, que crece desde el nivel del mar hasta la alta montaña, floreciendo de mayo a octubre.
Las fotos fueron tomadas en el concejo de Gozón en el mes de agosto.