La aliaria o hierba del ajo Alliaria petiolata es una planta
anual o bienal de la familia de las crucíferas. Por su nombre podemos ya
deducir que trata de una hierba con un fuerte olor a ajo, que se acrecienta si
frotamos las hojas. Puede alcanzar el
metro de altura, su tallo es fuerte y en la base está cubierto de pelos tiesos,
casi punzantes, en su parte superior están muy ramificados, de forma que la
planta ofrece un aspecto muy denso.
Las flores son pequeñas y blancas por lo general (aunque
pueden ser algo violáceas) y se agrupan en racimos en el extremo de los tallos.
Por supuesto, los pétalos son cuatro dispuestos en forma de cruz. La flor
carece de sépalos, al ser estos caducos y caer muy temprano. Los frutos son
erectos, con forma en silicua de sección subtetragonal de 1,2-7 cm, con un
aspecto ascendente.
Las hojas son casi lampiñas, sólo tienen pelos en los
nervios del envés, pero el peciolo sí es peloso. Las hojas inferiores son
diferentes de las superiores, largamente pecioladas, cordado-reniformes o
cordadas. Las superiores pueden ser cordadas, triangulares o incluso rómbicas,
sinuado dentadas, de dientes desiguales.
Florece de abril a julio. Su hábitat son lugares frescos y
húmedos, en semisombra, tales como cunetas de caminos y sobre todo, en
sotobosques de las vegas. Estas en concreto las fotografié un mes de abril en
la ribera del río Narcea, en Tineo. Es una especie de amplia distribución.
Toda la planta se emplea como diurético de primavera contra
la gota, los reumatismos y el asma. A pesar de su sabor amargo, en la Edad Media se empleaba como sustituvo de la sal en sopas y ensaladas. Su olor atrae a muchos y variados insectos, en una foto anterior se veían hormigas y en ésta un precioso lepidóptero.
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