Gamoncillo Asphodelus fistulosus

Dentro del género Asphodelus, de la familia de las liáceas, que comprende los popularmente denominados gamones, existe un pequeño grupo de especies caracterizado por unos rasgos peculiares. Estos son las hojas cilíndricas o semicilíndricas y las flores, con los tépalos blancos y con un nervio central de tono pardo muy marcado. Una de estas especies es el gamoncillo Asphodelus fistulosus.

Se trata de una planta herbácea que puede ser perenne, anual o bienal. Los escapos o tallos floridos, que son huecos, miden hasta 90 cm, y son ramificados, con ramas erectas o erecto-patentes, mientras que las hojas pueden llegar a 50 cm, normalmente son tan largas o un poco más que la mitad del escapo.




Aunque esta especie es la única de su complejo (grupo de especies emparentadas) que está presente en Asturias, es conveniente ver las diferencias que presenta con ellas. Un rasgo clave está en las flores. En esta, los tépalos de 8-12,5 x 3-6 mm, son oblongo-elípticos, estrellado-patentes y blanco-rosados, con nervio medio pardo-rojizo; los internos más anchos que los externos. El estilo tiene la misma longitud que los estambres, lo cual nos permite distinguirla de A. ayardii, en la que el estilo es claramente mayor.


Los frutos son cápsulas triloculares y dehiscentes, de 4,3-5,5 x 3,5-5 mm, obovoideas, emarginadas y con nervios transversales bien marcados. Son mayores que los de A. tenuifolius, la otra especie similar. Otro rasgo que la diferencia es la base del escapo, lisa en A. fistulosus y escabrosa en A. tenuifolius.

Se trata de una especie propia de la cuenca mediterránea e islas de la Macaronesia, presentando en otras zonas un carácter invasor. Es una planta nitrófila, casi siempre ligada a hábitats alterados como escombreras, cunetas, bordes de cultivos, vías de ferrocarril, etc. Se encuentra desde el nivel del mar a los 800 metros.

Florece muy temprano, en algunos sitios ya desde enero, hasta junio. En Asturias es escasa, ocupando áreas bajas de la zona central. Las fotos se hicieron en Avilés en el mes de febrero, donde existen buenas poblaciones a los lados de la vía del tren.