lunes, 7 de julio de 2014

Cardencha Dipsacus fullonum

La cardencha Dipsacus fullonum L. es uno de los cardos más frecuentes de nuestra flora, aunque no pertenece a la familia de las compuestas como la gran mayoría, sino a la de las dipsacáceas. Es una especie robusta, bienal y de tallo espinoso, que puede superar los 1,5 m de altura.






Las flores de esta planta son de color morado rosa, en una cabezuela ovoide de 3 a 9 cm de largo, rodeada de unas brácteas involucrales espinosas curvadas hacia arriba; las brácteas son iguales o más largas que la cabezuela floral. La floración es peculiar, ya que lo hace por franjas y las primeras flores en abrirse son las del centro de la cabezuela.



Las hojas basales son ovadas a elípticas, por lo general no divididas, enteras o dentadas, y las caulinares son lanceoladas, opuestas y fusionadas en la base. Entre las hojas inferiores se crean una especie de cuencos que retienen el agua y funcionan como trampas. Se cree que la planta extrae nitrógeno de los insectos que perecen atrapados en estas trampas, por eso se la considera como protocarnívora, el inicio evolutivo de una planta carnívora.

Las cabezuelas de la cardencha se han usado tradicionalmente para cardar la lana, de ahí su otro nombre popular de cardo de cardador. Sus flores y semillas proporcionan alimento a un gran número de aves e insectos.


Es una especie de bordes de caminos y escombreras, normalmente sobre suelos arcillosos y con cierta humedad, extendida por buena parte de Eurasia y el Norte de África. En Asturias es frecuente, floreciendo de junio a agosto. Las fotos se tomaron en julio en el concejo de Gozón.

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